ESTANQUES EXTERIORES PARA TORTUGAS
El estanque de jardín tiene que presentar unas determinadas condiciones para que nuestras mascotas estén a sus anchas; deberá ubicarse en una zona soleada y poco transitada, en la que exista un trozo de tierra plano de 3 x 4 m. que reciba de una manera constante los rayos del sol. Si queremos además que la flora y fauna que habitan los aledaños del lugar donde vivimos colonice el estanque deberemos emplazarle en un lugar colindante con una zona "salvaje". Cuanto más grande sea el estanque menores serán las oscilaciones de temperatura del agua.
El primer paso para comenzar la construcción es hacernos con un plástico o lona especial para estanques que no permita las filtraciones de agua y que sea resistente a las raíces. Lo encontraremos principalmente en comercios dedicados al riego y a la decoración de exteriores. Colocaremos el plástico en el lugar elegido y marcaremos con estacas las cuatro esquinas clavadas en el suelo. Retiramos el plástico y unimos las estacas con una cuerda para delimitar el terreno. Video de estanque exterior para tortugas de aguaUna vez hecho esto con una pala "dibujamos" en el suelo la forma que queremos que tenga el recinto, siempre teniendo bien en cuenta que entre la orilla de estanque y |
A partir de este momento comienza el trabajo duro; a excavar. Hacer el vaciado del estanque será un trabajo de fuerza que cada cual puede realizar de la forma y manera que le resulte más gratificante. En este punto vale todo lo que se nos ocurra para hacer el hueco. El lado orientado al sur del estanque tiene que ser el más profundo ( de 50 a 80 cm.) y sus orillas serán verticales, mientras que la orilla de la parte orientada al norte caerá en un continuo declive hasta unirse a la pared vertical del lado opuesto. La tierra extraída al excavar se reparte por el lado norte inmediatamente a continuación de las zonas planas de la orilla, creando una barrera en forma de media luna que tendrá como misión acumular calor y proteger del viento.
La siguiente fase consistirá en darle forma al hoyo que hemos abierto en nuestro jardín, para que empiece ya a parecerse a un estanque. Para realizar esta operación lo primero que tenemos que hacer es comprobar que las orillas del estanque estén a la misma altura. Esta "difícil" operación de ingeniería se llevará a cabo con un tablón o un listón rígido de madera de suficiente longitud para que alcance una orilla y su opuesta, y un nivel de agua. Emplazaremos un extremo del tablón en una orilla y el otro en la opuesta, y situaremos el nivel de agua en el centro del tablón, quitando o poniendo tierra prensada de aquel extremo en el que sobre o falte. Hay que tener bien presente que en un lugar el nivel de la orilla tiene que ser un punto más bajo para que el agua escape, sin que pueda provocar daños al derramarse en esa dirección en caso de inundaciones o fuertes lluvias.
Conseguiremos distintas profundidades y un buen lugar para que se asienten las plantas construyendo terrazas concéntricas del estilo de las curvas de nivel que aparecen en los mapas. Las raíces de las plantas que encontremos excavando serán arrancadas de inmediato, así como troncos, piedras, o cualquier otro material que sea susceptible de abrir un agujero en la lona plástica. El fondo será convenientemente apelmazado y compactado. Si el terreno que escojamos presenta galerías frecuentemente de topos, ratones o topillos, colocaremos en el fondo una tela metálica de malla fina que no permita el paso de los micromamíferos. Cubriremos el fondo con tierra fina o periódicos para evitar que algún fragmento de piedra afilado pueda rasgar la lona de recubrimiento.
Alrededor del estanque haremos un surco de 10 cm. de profundidad por 10 cm. de ancho donde posteriormente vamos a enterrar el borde de la lona plástica.
Una vez excavado el agujero y dado forma el estanque colocaremos por fin la lona. Los lados del plástico sobresaldrán por igual de los bordes del estanque. Ajustaremos la lona a los contornos y formas que hemos creado e introduciremos los bordes de esta en la zanja que rodea el recinto, recubriéndola. El trozo de lona que sobresalga se recortará a excepción de en aquella zona que hayamos destinado a desagüe, donde dejaremos el plástico más largo y abriremos la zanja que hemos hecho alrededor del estanque. Rellenaremos el surco y la zanja de desagüe (ojo, la zanja tiene que estar, aún rellena, a un nivel inferior que el resto del borde), entonces con tierra hasta que dejemos de ver el plástico.
Posicionada la lona cubriremos el fondo con arena sin lavar y nunca tierra que debido a su concentración de nutrientes provocaría un crecimiento inaceptable de las algas. Sobre la arena pondremos piedras formando cuevas, troncos,... que sirvan de cobijo a nuestros inquilinos.
El llenado del estanque lo realizaremos con agua de una manguera utilizando bastante presión y apuntando con el chorro sobre una piedra dentro del estanque. Podemos ayudarnos de las precipitaciones para llenar parte del tanque, pero de ninguna manera es aconsejable utilizar el agua de lluvia para rellenar el estanque.
Tanto la periferia del estanque como su lecho deben de tener plantas. El milhojas ( Myriophylum), la elodea ( Elodea ), son dos buenas opciones como plantas para el fondo. Podemos usar también plantas flotantes como nenúfares y lirios acuáticos (profundidad mínima 30 cm) o también Utricularia. Nunca plantemos en las orillas ni nenúfares, ni juncos. Es conveniente tener algunas zonas abundantemente plantadas y otras libres de vegetación. Esto dará seguridad y sombra a las tortugas al encontrar buenos lugares para refugiarse. Las plantas acuáticas que pongamos en el estanque ayudarán a mantener a raya a las algas. No olvidemos dejar zonas libres de plantas para la natación. Es preferible que las plantas acuáticas se mantengan en recipientes individuales (como macetas de barro o de malla plástica) en vez de enterradas directamente en el fondo. Se facilita el plantado y la retirada de la planta si lo necesitamos.
La colonización con microorganismos la realizaremos echando un cubo con agua de una charca cercana que no presente signos de contaminación, en el que previamente hayamos volcado un buitrón que pasaremos por las orillas de dicha charca.
Es aconsejable levantar una cerca alrededor del estanque, de unos 40 a 50 cm. de altura, y que esté enterrada en el suelo aproximadamente unos 20 cm. El borde superior de la valla tiene que estar doblado hacia adentro para evitar que los animales escapen. Nos conviene recordar que estos animales pueden sobrevivir en las condiciones climáticas de la mayoría de Europa, y que son grandes competidores con respecto a las especies autóctonas. En Alemania ya hay graves problemas por la colonización de los habitat acuáticos por parte de estas tortugas.
La valla estará formada por bloques en forma de "u" tumbados de los utilizados en la construcción, madera impregnada, placas de cemento... Una valla hecha de tela metálica no es una buena opción ya que se puede oxidar, además de ser un lugar por donde las tortugas han adquirido una gran habilidad para trepar.
Nuestro estanque puede ser concebido como un lugar destinado a que las tortugas pasen los meses cálidos o como una residencia permanente para todo el año en la que nuestras mascotas hibernen, coman, duerman, se reproduzcan, etc. Si pensamos en la "charca" artificial como residencia habitual la profundidad que le daremos será mayor ( de 100 a 120 cm. como mínimo) para facilitar a las tortugas unas buenas condiciones para pasar el invierno.
A priori durante las épocas más calurosas las tortugas contarán con suficiente alimento para sobrevivir aunque no está de más que de vez en cuando les suministremos algo de comida. Durante los momentos en los que no abunde la comida ( en la época fría) nuestras mascotas estarán cómodamente alojadas en el interior o hibernando con lo que no echarán en falta su ración diaria de comida.
En la parte central del estanque situaremos una rama, piedras planas bien asentadas de fácil acceso o una rampa que permita trepar a los animales para tomar el sol.
Proporcionaremos a nuestras tortugas recipientes adecuados para hacer la puesta en el caso de que se decidan a criar. Estos recipientes los fabricaremos con una tartera con 15 cm. de altura y 40 x 40 cm. con el fondo agujereado, rellena de una mezcla de turba y arena suelta, Enterraremos el recipiente en un lugar soleado y humidificaremos cada cierto tiempo su contenido.
El estanque nos permitirá, también alojar otras especies autóctonas que colonicen este pequeño ecosistema creado por nosotros mismos si consiguen llegar hasta él, como ranas, sapos, tritones y todo tipo de insectos. Como especies ornamentales, a parte de las tortugas acuáticas podemos completar el ecosistema con la introducción de peces de agua fría como carpines, carpas Koi, peces dorados en todas sus variedades... Podemos mantener hasta 25 cm de peces por cada metro cuadrado de superficie de estanque. Pueden usarse densidades algo mayores si el estanque está abundantemente plantado. Es recomendable dejar un mes desde que plantemos hasta que introduzcamos los peces, para que las plantas estén ya aclimatadas cuando lleguen los peces y además dará tiempo para que nuestro estanque sea colonizado por los insectos y otros invertebrados que serán el alimento de los peces. Para controlar una excesiva proliferación de mosquitos, no está de más introducir gambusias en nuestro estanque. Estos voraces comedores de larvas se reproducen muy bien e incluso pueden sobrevivir al invierno si las condiciones climáticas no son muy duras.
La creación de un estanque de jardín no solo implica el construir un lugar de veraneo o una residencia al aíre libre para nuestras mascotas, sino que en realizar consiste en crear un espacio natural completo y compartido por varias especies con nuestras propias manos, en el que podremos observar sus cambios y evoluciones a lo largo de nuestra vida.
fuente animalls.net
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