martes, 8 de febrero de 2011

Gecko leopardo cuidados, terrario, alimentación

El Gecko leopardo y sus cuidados en el terrario



El gecko leopardo (Eublepharis macularius) es un reptil muy utilizado como mascota en el mundo occidental. Es miembro de la familia Gekkonidae y su hábitat original está en las regiones semidesérticas del medio Oriente (Irán y Pakistán sobre todo).



Características del gecko leopardo

El gecko leopardo es un lagarto de unos 18 a 24 centímetros de longitud, de los cuales un tercio pertenece a la cola. Su cuerpo es alargado y robusto. Su cabeza tiene es alargada y tiene forma puntiaguda, ensanchándose en las sienes. A los lados de la cabeza están los oídos. Estos están formados por el tímpano, que es una fina lámina casi transparente. Al igual que el resto de geckos eublepahrinos, el gecko leopardo se caracteriza porque tiene párpados móviles y completos. La piel de estos animales es lisa, aunque está salpicada de escamas tuberculares de forma irregular.

En cuanto a sus extremidades, hemos de empezar por destacar que sus dedos carecen de lamellas o almohadillas adhesivas, lo cual les impide trepar por superficies lisas o andar boca abajo adherido a la superficie de un cristal. Además, detrás de las axilas de las patas delanteras tienen una especie de cavidades pequeñas. Se trata de los huecos axilares o bolsillos. En cuanto a su cola, esta es ancha en los ejemplares bien alimentados. Está segmentada y tiene forma bulbosa y redondeada. Los geckos tienen la capacidad de desprenderse de su cola si se ven en peligro, pudiendo regenerarla posteriormente. No obstante, la cola regenerada no tiene ni la misma tonalidad de color ni la misma textura que la cola original.


Aunque los ejemplares criados en cautividad son de diversos colores, los ejemplares salvajes presentan manchas de un color oscuro sobre un fondo anaranjado y amarillo, de ahí el nombre de “leopardo”. En cuanto a las crías, independientemente del color que vayan a tomar en el futuro, todas presentan unas franjas negras sobre fondo amarillo, siendo la composición cromática similar a la de las avispas.

El gecko leopardo es un animal de hábitos crepusculares y nocturnos, es decir, su actividad comienza al atardecer y continúa por la noche. Como tal, sus pupilas tienen disposición vertical. Durante el día suele ocultarse en sus madrigueras. Estas suelen ser húmedas y frescas. En estado salvaje suele vivir en los desiertos rocosos con algo de vegetación y en las estepas de Afganistán, Pakistán, India, Irak e Irán. Suelen vivir en colonias de entre 50 a 100 individuos.

En cuanto a la diferenciación sexual de estos animales, esta no es visible hasta que no son adultos. En los machos adultos podemos observar los poros preanales, entre las patas traseras y con forma de V, detrás de estos están los bultos hemipeneales, ocultos en su receptáculo.



Terrario del gecko leopardo


Como hemos dicho al principio, el gecko leopardo es un animal que se suele utilizar como mascota. De hecho, está indicado para personas que nunca antes han tenido un reptil, pues no es un animal difícil de mantener en un terrario.

El tamaño del terrario dependerá de la cantidad de ejemplares que vaya a alojar. Así, un terrario de 70x40x50 cm es suficiente para albergar a una pareja. En él podemos colocar algunas piedras y, por supuesto, algunos escondrijos que le permitan ocultarse. Si no cuentan con elementos que les permitan trepar, entonces la altura del terrario puede ser de 40 cm en vez de 50 cm. Además de esto, los geckos han de contar con agua fresca y limpia. Dado que necesitan consumir calcio, este hay que proporcionárselo en un pequeño comedero. El calcio no debería faltar nunca en el terrario, ya que de otro modo se comerían el sustrato, lo que puede resultar perjudicial para los animales.

Como sustrato no es aconsejable utilizar ni arena ni gravilla, puesto que existe peligro de que lo ingieran. En su lugar es más aconsejable la turba o la fibra de coco sin fertilizantes ni aditivos. Por su parte, si se trata de un terrario-guardería, esto es, para crías y ejemplares jóvenes, lo más adecuado es utilizar papel de periódico o de cocina, puesto que al tener unas necesidades de calcio mayores corren más peligro de comerse el sustrato. Además, dado que comen con mayor frecuencia que los ejemplares adultos, también defecan más, por ello es mejor el papel que hay que cambiar diariamente.


Dado que en el hábitat natural de estos reptiles hay una diferencia entre las temperaturas nocturna y diurna, en el terrario también debemos reproducir esta diferenciación. De este modo, por el día la temperatura no debe superar los 30 ºC, siendo lo ideal una temperatura de entre 26 y 28 ºC. Por la noche la temperatura debe estar a unos 22 ºC. Para regular las temperaturas del terrario conviene utilizar una manta eléctrica combinada con focos de calor colocados en la parte de arriba.

Por lo que a la humedad se refiere, esta tiene que ser de entre un 20 y 40% en el terrario y en el refugio de entre un 60 y 70%. Para mantenerla podemos espolvorear un par de veces al mes, sobre todo el refugio que es dónde se debe concentrar la mayor humedad del terrario.
Cuidados del gecko en cautividad

Aunque es un reptil indicado para principiantes, el gecko leopardo necesita algunos cuidados específicos. En primer lugar, por lo que a la alimentación se refiere, se trata de un animal insectívoro, por lo que deberemos proporcionarle insectos tales como larvas de tenebrio, grillos, zophobas (con moderación por su alto contenido en grasa), cucarachas, etc. Además, ocasionalmente podemos complementar su dieta con algo de fruta madura. Los insectos es preferible proporcionárselos vivos. Además, es importante que la dieta de los geckos sea variada, puesto que son depredadores oportunistas (se comen todos los tipos de insectos que pasan por delante y caben en su boca).

La humedad del terrario es importante mantenerla en torno al 70-80% cuando el animal esté mudando la piel. Durante el periodo de muda hay que estar pendientes, ya que a veces los geckos no consiguen desprenderse de su piel totalmente, lo cual puede ocasionar una necrosis en la extremidad afectada y su consiguiente amputación.

Video del gecko leopardo



Reproducción de gecko leopardo


Aunque en estado salvaje el periodo de reproductivo se inicia tras la brumación, en cautividad podemos iniciar el periodo de cría entre los meses de mayo-junio y septiembre. Para ello, si estamos interesados en la cría en cautividad, bajaremos la temperatura del terrario, a unos 22 ºC por el día y 16 ºC por la noche. De este modo los geckos no entrarán en letargo.

Bien, en época de cría hemos de tener en cuenta que la hembra necesitará un lugar adecuado para poner sus huevos, unas dos o tres semanas después de la cópula. Para ello colocaremos en el terrario un recipiente con una capa de unos 6 ó 7 cm de sustrato, en la cual la hembra pueda hacer el ponedero de unos 3-5 cm de profundidad. También hemos de tener en cuenta que este recipiente ha de contar con bastante humedad. Además, tanto para la hembra como para los recién nacidos las necesidades de calcio aumentan considerablemente, así que no hemos de olvidarnos de aumentar las raciones. También hemos de aportarles vitamina D3.

La hembra de gecko pondrá 2 huevos con la cáscara blanca y de forma ovalada, de unos 33 mm de longitud. Las hembras pueden realizar de 4 a 7 puestas anules. Las crías tardan en nacer unos dos meses desde la puesta, aunque si la incubación es a 26 ºC de temperatura el nacimiento se puede retrasar. Aunque la madurez sexual no la alcanzan hasta los dos años de edad, a los 5 ó 6 meses las crías ya alcanzan el tamaño de los adultos.



Bien, para determinar el sexo de las crías hemos de controlar las temperaturas de incubación. En efecto, en función de la temperatura ambiente obtendremos crías de uno u otro sexo. De este modo, si la temperatura es de 26 a 27 ºC las crías nacerán hembras y hasta los 30 ºC aumentan la probabilidades de que nazcan machos. Incubados a 30 ºC tenemos un 25% de probabilidades de que nazcan machos y un 75% de que nazcan hembras. Finalmente, a 32,5 ºC la posibilidad de que nazcan machos es del 75% y la de que nazcan hembras del 25%. No obstante, las hembras nacidas a temperaturas altas tienen una respuesta peculiar hacia la testosterona, lo que las hace agresivas hacia los machos, son las conocidas como “hembras calientes”. Además, puede ocurrir que los machos no las reconozcan como hembras, lo cual hace que estos también puedan tener un comportamiento agresivo hacia ellas.
Fases de color

Los geckos leopardo han alcanzado en cautividad una gran variedad de fases de color o morphos. Por supuesto, esto ha sido gracias a la intervención humana, que ha tendido a cruzar ejemplares que presentaban mutaciones en su colorido, obteniendo así las distintas fases. Esta práctica es muy común, habiéndose realizado también con otros animales más comunes, tales como los perros, los gatos, los canarios, los periquitos, etc. A continuación vamos a describir algunas de ellas.


Gecko leopardo fase snow

La que podemos llamar fase normal es la que se corresponde con el color de estos animales en estado salvaje, la cual se asemeja al colorido del pelaje de los leopardos. A partir de estos geckos originales surgieron las demás. Así nos encontramos con el high yellow, que es un animal en el que el color amarillo predomina sobre el negro. Hay quien piensa que este morpho fue el primero en ser seleccionado por los criadores para crear una variante nueva. De hecho podría ser así, pues se parece bastante al gecko salvaje. Muy distinto es el show, que hace gala de un color blanco. Esta ha sido una variante producto de un trabajo intensivo de selección de ejemplares para la cría. Por su parte, los ejemplares de la fase pastel han perdido el negro de su piel, habiendo en su lugar tonos de color pastel.

Las anteriores son solo algunas de las fases más conocidas. No obstante existen otras muchas

Autor Esteban Galisteo Gámez.

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